domingo, 24 de mayo de 2009

Johan Carl Friedrich Gauss. ¡El príncipe!

Gauss nació en 1777 en Brunswick, al norte de Alemania, hijo de un albañil y destinado por su padre al mismo oficio. Pero a instancias de la madre, que deseaba para el una vida más desahogada que la suya, su tío Frederich Benz (un genio desperdiciado, según Gauss) impulsó su afán de aprender y su inteligencia.
De mayor solía decir, entre risas, que aprendió a contar antes que a nadar. Tal vez fuera cierto, porque a los tres años, sin que nadie le hubiera enseñado las letras ni los números, corrigió a su padre una sumas d salarios que estaba haciendo en su casa.
Otrá célebre anégdota tuvo lugar en el colegio, a los diez años de edad. El maestro cansado, quiso pasar un dia la clase tranquilo, y puso a los niños como tarea la suma de 1 + 2+ 3 +......+ 100. El pequeño Gauss entregó, tras unos momentos de reflexión, su pizarra en la que solo había escrito un número: 5050. ¿Cómo lo calculó? Había descubierto la fórmula de suma de progresiones aritméticas, observando que 1+100= 2+99= ...
A pesar de su capacidad en Matemáticas, dudó hasta los 19 años entre ellas y la Filología. de hecho su afición a los idiomas no lo abandonó nunca. Pero a los 19 años resolvió un famoso teorema que había tenido en jaque a los matemáticos durante 2000 años, lo cual le produjo tal satisfacción que decidió dedicarse a ellas.
Hasta que la Física secuestró su genio a raíz de un curioso incidente. El descubrimiento del asteroide Ceres en 1801 conmociona la Astronomía, pero tras escasas observaciones, los astrónomos pierden su rastro. Intentan recuperarlo, pero todos sus esfuerzos son en vano, hasta que Gauss indicó a los astrónomos hacia dónde debían dirigir sus telescopios y ¡Allí estaba Ceres!
Contribuyó también a la Óptica y al Magnetismo, y especialmente revolucionó todas las ramas de las Matemáticas.

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